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El Sucio negocio de la Obsolescencia Programada y Percibida

 

Un modelo de negocio implementado por mafias y que nos tienen atrapados en un mundo de consumismo continúo que afecta seriamente la sustentabilidad de los recursos naturales y la contaminación del planeta.

PERO ¿QUÉ ES LA OBSOLESCENCIA PROGRAMADA?

Según The Economist, se denomina obsolescencia programada u obsolescencia planificada a la determinación, la planificación o programación del fin de la vida útil de un producto o servicio de modo que tras un período de tiempo calculado de antemano por el fabricante o por la empresa durante la fase de diseño de dicho producto o servicio éste se torne obsoleto, no funcional, inútil o inservible.

¿Has notado que no puedes cambiar la pila de tu propio dispositivo musical? ¿Te has dado cuenta de que la ropa dura menos que antes? ¿te molesta comprar un celular y darte cuenta de que a los seis meses sale una nueva y "mejorada" versión del mismo? ¿Te has preguntado porque tu teléfono se hace más lento con cada actualización?, y así muchas preguntas más en donde no te explicas el por qué las cosas no duran tanto. Incluso la industria automotríz ha crecido enormemente gracias a implementar este tipo de artimañas.

Antes un refrigerador duraba 30 años en promedio, ahora dura 14 años. Unas medias de nailon prácticamente irrompibles se dejaron de fabricar. Ahora existen impresoras que se bloquean al llegar a un número determinado de impresiones, focos que se funden a las mil horas o menos y te preguntas... ¿Por qué, pese a los avances tecnológicos, los productos de consumo duran cada vez menos?

Durante la revolución industrial se implemento la característica de fabricar aparatos que duren un tiempo determinado pero el concepto se desarrolló entre 1920 y 1930, ¿y por que?, antes, un empresario o sus proveedores de materia prima montaban su negocio con dinero familiar, entonces los bancos les otorgaron créditos para ampliar su negocio, con la condición de implementar estrategias para vender más, y con esto la banca tambien obtuvo sus beneficios, pero ¿cual fue la estrategia que implementaron?, a pesar de que ya tenían controlado todo el ciclo de vida del producto era necesario multiplicar las ventas por lo cual decidieron acortar la vida de sus productos. De esta forma se forjaron las bases para que en los años setenta el 80% de la riqueza del mundo se concentraba en el 20% de la población. (Ahora se la reparten el 50% de la riqueza en un 1% según la revista Forbes).

El problema es que además de influir en la economía doméstica, también supone una sobre-explotación de los recursos de la Tierra y generación de residuos innecesarios al medio ambiente lo que hace de esto un problema serio que al final acabara con los recursos naturales pues carece de sustentabilidad.

OBSOLESCENCIA PERCIBIDA

Actualmente el marketing y la publicidad están científicamente creadas para textualmente “lavar el cerebro de los consumidores” haciendo que sustituyan algunos productos por otros, no porque ya no funcionen, sino porque ya están pasados de moda y crean en el consumidor una falsa realidad sobre un producto que es funcional al 100%.

En 1954 el diseñador industrial Clifford Brooks Stevens habló por primera vez de la obsolescencia percibida. La definió como “el deseo del consumidor de poseer una cosa un poco más nueva, un poco mejor y un poco antes de que sea necesario”.

En este vídeo que parodia a la marca Apple, refleja como la obsolescencia percibida nos impulsa a comprar nuevos productos y a deshacernos de aquellos que aún están en buen estado.


 

Todos los años las principales empresas de tecnología, muestran nuevos modelos de sus aparatos electrónicos, con algún añadido que aparentemente los hace más novedoso. Las funcionalidades en muchos casos son las mismas o muy parecidas. Lo único que realmente parece importante es la apariencia de “diferente y novedoso”.

En definitiva, se trata de manipular al consumidor para que se sienta valorado socialmente por contar con lo último en tecnología y realmente lo consiguen ya que han generado en el usuario esa necesidad de “lo nuevo” más allá del valor real del producto.

En este comercial de la marca Vodafone, utiliza una estrategia publicitaria para adquirir nuevos equipo cada año, no importando en lo más mínimo el estado en que se llegue a encontrar tu equipo y mucho menos la contaminación que esto generara, solo importa “consumir”, como mínimo, cada año.

 

DEFENSORES Y DETRACTORES

Sin embargo, las cosas no son tan sencillas. Los defensores de esta práctica opinan que este consumo programado impulsa el desarrollo, la generación de Investigación, Desarrollo e innovación, algo que en el caso de la electrónica es especialmente notable, pues cada pocos meses se presetan productos con algunas mejoras. Si los ingenieros diseñarán productos que duren muchos años, las compañías venderían muchos menos productos nuevos y, consecuentemente, dejarían de ingresar el montante de dinero que ingresan.

Los detractores, por su parte, recuerdan la extrema cantidad de material de desecho que generamos con este modelo de negocio (La mayoría no reciclables) y su inviabilidad a largo plazo para el medio ambiente en caso de mantener el ritmo actual.

Hay que tomar en cuenta también que las reparaciones de componentes se han estado perdiendo con el paso del tiempo, hace muchas décadas, cuando los televisores duraban 20 años o más, existía un floreciente sector de reparación que se encargaba de arreglar los aparatos electrónicos por una pequeña suma y al final, ese modelo no estaba mal planteado, los electrodomésticos y equipos electrónicos eran mas caros, pero su vida útil era muy larga y cuando se estropeaban simplemente se reparaban. Los fabricantes ganaban (precios de venta altos y margen en los repuestos), los usuarios también (la renovación de los aparatos se alargaba mucho), se creaban mas empleos (servicios de reparación) y en el medio ambiente se tiraban menos residuos.

 

EL DOCUMENTAL CLAVE PARA ENTENDERLO

Comprar, tirar, comprar”; un documental que nos revela el secreto de la obsolescencia programada, el motor de la economía moderna; Ganador al mejor documental en los premios ondas internacional de televisión en 2011. Rodado en España, Francia, Alemania, Estados Unidos y Ghana, este documental hace un recorrido por la historia de una práctica empresarial que consiste en la reducción deliberada de la vida de un producto para incrementar su consumo porque, “un artículo que no se desgasta es una tragedia para los negocios”.

 

¿Comprarías un SmartPhone si supieras que está programado para dejar de funcionar tras 2000 horas de uso? ó ¿Una lampara que se va a fundir tras 1000 horas de funcionamiento? La pregunta no debería ser si lo harías, sino si al menos, ¿sabes que ya lo estas comprando?

Gran parte de los productos que compramos en la actualidad están hechos para que dejen de funcionar pasado un determinando tiempo. De esta forma, sus fabricantes obligan al consumidor a comprar un producto nuevo, incrementando sus ingresos y, por tanto, sus beneficios sin importarles el efecto que tiene no solo a la economía de los consumidores sino la sustenibilidad del planeta al suponer un derroche constante de recursos.

LA HISTORIA DE LAS COSAS

Desde su extracción hasta su venta, uso y disposición, todas las cosas que hay en nuestras vidas afectan a las comunidades, y sin embargo la mayoría de todo esto se oculta.


 

EL PRIMER GRAN CASO: EL FOCO

El 21 de octubre de 1879, Thomas Alva Edison presentaba una lámpara práctica y viable que permanecía encendida durante 48 horas ininterrumpidas. Han pasado casi dos siglos y, hoy en día, las lámparas de luz siguen siendo el motor de nuestra sociedad. Teniendo en cuenta el tiempo transcurrido desde que Edison patentó su invento, cabría pensar que los focos que utilizamos hoy en día son mejores que las de antaño, pero no, y no porque no tengamos la capacidad necesaria para hacerlas más eficaces, sino porque los fabricantes las hacen, a propósito, con una programación de vida limitada.

Cuando el foco fabricado por Edison comenzó a comercializarse, se anunciaba que, gracias a su filamento de gran estabilidad, tenía una duración de 1.500 horas. Unos años después, en 1924, otros fabricantes anunciaban lámparas con una duración de 2.500 horas.

Lo triste de todo esto es que hoy en día, un foco incandescente convencional tiene aproximadamente unas 1.000 horas de vida, lo que supone aproximadamente un año de uso y que a pesar de todos los avances cientificos y tecnologicos, los focos simplemente estan peor que antes.

 


EL CÁRTEL “PHOEBUS”

Pero, ¿por qué ocurre esto?, Imagina que eres un fabricante de principios del siglo XIX, y que tus ingenieros han conseguido crear un foco que durara, por ejemplo, 150 años. Al principio, estarás feliz, porque tu foco tendría una demanda enorme, lo que incrementaría tus ingresos, pero, ¿qué ocurriría pasados, dos o tres años desde su comercialización? La respuesta es sencilla, nadie las compraría y sus ventas caerían en picado.

¿El motivo? Tu foco sería tan bueno que nadie necesitaría comprar otro en más de un siglo. Es probable que, con el tiempo, tu idea, en un principio brillante, dejara de serlo. O quizás, incluso, acabarías arrepintiéndote del logro conseguido, teniendo en cuenta que, a la larga, habías puesto fin a tu negocio. Pues eso es lo que les pasó a los fabricantes de focos.

Pronto descubrieron que prolongar la duración de la vida solo supondría el fin de sus lucrativos negocios. Por eso, un 25 de diciembre de 1924 se reunieron en Ginebra representantes de algunas de las compañías de la industria de las lámparas de luz más importantes del mundo.

Ese día, decidieron crear un cártel mundial para controlar la producción de lámparas de luz que recibió el nombre de ‘Phoebus’. El objetivo era controlar el mercado de estos productos y garantizar la viabilidad de sus negocios.

Entre otras medidas, decidieron que “la vida media de las lamparas de iluminación en general no debía ser garantizada u ofrecida por otro valor que no sea las 1.000 horas”.

Con el tiempo, el cártel fue denunciado y, en teoría, dejó de funcionar. Pero la práctica que recomendó, reducir a propósito la vida de los focos, sigue en vigor actualmente y con muchos productos más.

LA BATERÍA DE APPLE

Después de salir el primer iPod al mercado, en medio de una tremenda campaña publicitaria, el director de cine estadounidense Casey Neistat y su hermano ponían contra las cuerdas a la compañía de Steve Jobs con la realización de un vídeo en el que se denunciaba la corta vida de las baterías de estos aparatos.

Sostenían que estaban programadas para durar tan solo entre ocho y doce meses. El problema es que la batería estaba soldada al reproductor de música, con lo cual su inutilización obligaría al cliente a tener que cambiar el aparato por otro más nuevo al poco tiempo de haberlo adquirido por un elevado precio.

El corto provocó un verdadero revuelo y a la compañía de la manzana le empezaron a llover las denuncias de clientes. El asunto se zanjó en los tribunales con el compromiso de Apple de asegurar dos años de vida en sus iPods y de crear un departamento de re-cambios para aquellos modelos que no ofrecían la posibilidad de un cambio de batería.

¿HAY ALTERNATIVAS?

En México PUNTO VERDE, es una organización que gestiona donaciones de computadoras de empresas u hogares para ser entregadas a instituciones educativas que las pidan, ademas de realizar diferentes eventos para crear una consciencia del reciclado.

Ademas existen en México otras empresas e instituciones que se dedican al reciclado de todo tipo de material:

Se suele relacionar con “sociedad de consumo” a la adquisición de bienes materiales sin valor significante, consumidores poco concienciados, y uso irresponsable de los recursos naturales. Este consumo no siempre es de bienes materiales, sino que también valores intangibles que un producto o servicio nos ofrece.

Se ha calculado que el 80% de los productos y materiales que pasan por las manos de un consumidor se convierten en basura a las seis semanas. El diseño sostenible no debe entenderse como metodología para reducir el impacto de productos desechados. Los diseñadores de productos o servicios, deberíamos plantear el diseño sostenible como una responsabilidad social corporativa que no sólo preste atención al reciclado de productos o la producción biodegradable, sino que además debería trabajar el significado del uso de esos productos y la vinculación de las personas con sus bienes de consumo.




Frente a “diseño sostenible”, muy relacionado con los productos ecológicos, otros términos como el “diseño social" se han convertido en los últimos años en un término para referirse a prácticas creativas que inciden en la sociedad creando soluciones positivas de cambio social.

El diseño social ha estado promovido por el “activismo en el diseño” aunque la historia se remonta al origen del diseño y ha resurgido como respuesta a ciertas situaciones de cambio geopolítico, a condiciones sociales, prácticas económicas y desafíos medioambientales.


Debemos plantear una idea constructiva que nos ayude a comunicar y significar un proyecto, esta idea debe ser coherente con la producción de objetos o servicios útiles a la sociedad y valerse de propuestas éticas y recursos materiales compatibles con el medioambiente y el contexto social.

Elon Musk, es un economista, físico y emprendedor, más conocido por ser el cofundador de PayPal, Tesla Motors, SpaceX, SolarCity, Hyperloop, OpenAI y por haber creado el primer automóvil eléctrico viable para producción en la era moderna (Tesla Roadster), por SolarCity (que suministra electricidad renovable a los automóviles de Tesla), por diseñar un sucesor privado del Transbordador Espacial (el F9/Dragon) y crear PayPal, el sistema de pagos en línea más grande del mundo.

Tesla Motors es la primera compañía Automotriz que apuesta por la eliminación casi en su totalidad de la obsolescencia programada, diseñando autos con pocas partes de desgaste y que hace un uso extremo de la tecnología para crear automóviles que no solo duran miles de kilómetros sino que son mas económicos que su semejantes con combustión a gasolina o diésel, entre muchas cosas más, simplemente una real evolución del automóvil en el que se comprueba que las artimañas de limitar la vida de un producto no es el único camino para crear una empresa exitosa.

 

La Fundación FENISS (Fundación Energía e Innovación Sostenible Sin Obsolescencia Programada), de origen español, ha creado un nuevo sello conocido como ISSOP (Innovación Sostenible Sin Obsolescencia Programada), el certifica los productos sostenibles libres y libres de este tipo de prácticas agresivas.

Los productos que obtengan este sello cumplen, según fija ISSOP en su propia página web, los siguientes puntos:

  • Priorizar la compra de productos y la contratación de servicios que sean respetuosos con el medio ambiente, fabricados sin obsolescencia programada, y si es fabricante de algún producto, fabricarlo sin obsolescencia programada. Utilizando preferiblemente producto local y el “Comercio Justo”.
  • Contribuir a la mejora energética y a la disminución de emisiones, con el objeto de reducir las huellas de carbono y ecológica corporativa.
  • Realizar la correcta gestión de residuos.
  • Promover la cultura del consumo social y ambientalmente responsable.
  • Apostar por una responsabilidad ambiental y la preservación del Medio Ambiente local.
  • Facilitar el acceso a la formación ambiental y de integración social.
  • Evitar hacer uso de una publicidad engañosa o ambiental y socialmente irresponsable.
  • Promover la igualdad e integración social.
  • Facilitar la conciliación laboral, familiar y personal.
  • Promover y difundir los compromisos adoptados hacia un modelo de gestión más sostenible y responsable. Incluir en sus contratos con terceros cláusulas que impidan la corrupción.

Los puntos establecidos para la obtención del sello ISSOP no solo buscan la ausencia obsolescencia programada, también protegen el medio ambiente y el desarrollo sostenible de los productos, aspectos que también se ven influenciados por estas prácticas que rodean a las industrias tecnológicas.

En la actualidad, es posible encontrar múltiples iniciativas similares a lo largo del mundo. El alcance de todas ellas es reducido, al igual que el de ISSOP, pero su presencia y su progresivo avance deberían colaborar, en un futuro, a reducir las consecuencias de este tipo de prácticas.